Desde hace 150 años, nuestra historia está arraigada en Le Brassus, un pequeño pueblo que alcanzaría metas nada desdeñables. Aquí, en La Vallée de Joux, conocida como la cuna de la Alta Relojería, la sinergia entre las personas, la naturaleza y el tiempo generó una pasión y un saber hacer transmitidos generación tras generación.

Impulsados por la fuerza de la unidad y un deseo irrefrenable de mirar más allá de lo ordinario, asumimos el reto y nos dedicamos a crear lo extraordinario.

La Vallée de Joux, lugar natal de Audemars Piguet y uno de los principales centros de la relojería suiza de alta gama, es una región imponente anidada en las montañas del Jura, al norte de Ginebra. Los recursos naturales de la región, en concreto especialmente los bosques, el agua, el hielo y las rocas de las que se extraía mineral de hierro, ofrecieron los medios que permitieron la evolución y el progreso de la industria relojera. La belleza bruta de la región y su cielo nocturno despejado inspiran desde siempre a los relojeros, lo que refleja la conexión atemporal entre la naturaleza, la astronomía y la medición del tiempo.

Paisaje de La Vallée de Joux
Foto de archivo de un relojero

Todo comenzó a finales del s. XVIII en La Vallée de Joux, cuando los granjeros empezaron a dedicar sus largas jornadas de invierno a la artesanía relojera, transformando estas edificaciones agrarias en talleres de alta calidad destinados a la producción de componentes de relojes. La sólida red de artesanía familiar forjada en la región permitió alumbrar algunos de los mecanismos relojeros más complicados jamás realizados. Los fundamentos relojeros de Audemars Piguet se asientan sobre este saber hacer excepcional, transmitido de generación en generación.

Desde hace 150 años, estos artesanos de gran talento han practicado sus competencias al máximo nivel, basándose en la tradición e impulsando sin cesar los límites de sus oficios para crear unos relojes imbuidos de la artesanía y el espíritu vanguardista de la Manufactura.

Audemars Piguet no es solo una empresa. Sigue siendo una empresa familiar independiente, encargada de transmitir el conocimiento y el saber hacer tradicional a las generaciones futuras. Aquí, en Le Brassus, donde todo empezó en 1875.

Olivier Audemars

Vicepresidente del Consejo de Administración

Hoy en día, Audemars Piguet sigue siendo la manufactura relojera más antigua que siempre ha estado en manos de sus familias fundadoras. Sin lugar a dudas, porque siempre ha sabido que la audacia no es nada sin la implicación y la puesta en común.

Jasmine Audemars

Presidenta de las Fundaciones Audemars Piguet