Desde 1875, Audemars Piguet produce relojes complejos y refinados, tan bellos por fuera como por dentro, acabados y ensamblados a mano. Las técnicas de decoración añaden el toque final que hace de un reloj una pieza de excepción.
Audemars Piguet decora a mano hasta los mínimos detalles los cientos de componentes en miniatura de sus movimientos. Así como el achaflanado o el pulido también adquieren un carácter funcional, las decoraciones obedecen a un criterio estético. Estas ornamentaciones comprenden diversos motivos, tales como «traits tirés», «Côtes de Genève», graneado circular, acaracolado y satinado «rayos de sol». En la actualidad, la decoración de un movimiento supone como mínimo el 30 % de su valor.
Una vez decorados, los componentes se ensamblan meticulosamente a mano. Mucho antes de que los cientos de componentes se encajen en la platina, los relojeros realizan un trabajo de preensamblado que constituye una labor realmente crucial para reducir la fricción y asegurar el buen funcionamiento del calibre: el empedrado.
La caja de un reloj refleja la potencia de su interior. Su esmerado diseño acabado a mano actúa a modo de armadura que protege el movimiento de los golpes y la humedad, a la vez que insufla al reloj estilo y personalidad.
Desde los orígenes de la Manufactura, las cajas y pulseras de Audemars Piguet presentan técnicas de acabado de alta gama que suelen aplicarse a los calibres. En la actualidad, el contraste entre superficies pulidas y satinadas constituye un rasgo característico de Audemars Piguet.
Audemars Piguet presentó el Royal Oak Frosted Gold en 2016 a fin de celebrar el 40.º aniversario del Royal Oak para mujer desarrollado por Jacqueline Dimier en 1976. Surgido de una colaboración con la diseñadora de joyas Carolina Bucci, este reloj contemporáneo se inscribe en la tradición de una antigua técnica del oro martillado.
Este método, también conocido como técnica florentina, consiste en golpear el oro con una herramienta con punta de diamante para crear minúsculas hendiduras en la superficie con un efecto brillante similar al de las piedras preciosas, como polvo de diamante. Si Carolina Bucci ha reinterpretado esta técnica en el diseño de joyas de la actualidad, los expertos de Audemars Piguet la han desarrollado hasta convertirla en un arte relojero adecuado para la excepcional construcción de la caja y la pulsera del Royal Oak.
Los relojes de Audemars Piguet se engalanan con esferas expresivas de extraordinaria creatividad. La compleja artesanía se corona con decoraciones de alta gama y realizaciones creativas de índices horarios, números y agujas.
Los motivos guilloché de la colección Royal Oak requieren un saber hacer excepcional que hoy ya no se enseña en las escuelas de relojería.
El esqueletizado es un arte ancestral de la relojería ha sido una especialidad de Audemars Piguet desde la década de 1930.
El esqueletizado consiste en calar unos componentes determinados del movimiento, como las platinas y los puentes, para sacar a relucir la belleza del mecanismo, especialmente su volante, el corazón del reloj. Con la ayuda de una minúscula sierra, los especialistas en esqueletizado parten del diseño final y trabajan en sentido inverso para extraer todo el material posible (hasta el 60-70 % del movimiento) sin menoscabar la fiabilidad y la precisión del mecanismo relojero. Seguidamente, el artesano terminará una a una las piezas recortadas, y cuneará y perlará sus cavidades. El esqueletizado de un modelo Gran Complicación exige en torno a 150 horas de trabajo de alta precisión.
Las técnicas de engaste son tan numerosas como los acabados de las piedras preciosas que iluminan los relojes engastados: entre ellas, engaste nieve, cerrado, con garras, invisible o con granos. La más antigua es la del engaste cerrado, que consiste en perfilar la gema con un hilo de oro,
Desde su creación, Audemars Piguet ha colaborado con prestigiosas marcas de joyas, como Tiffany, Cartier, Oscar Heyman y Bvlgari para albergar sus movimientos en creaciones únicas de Alta Joyería que resplandecen con diamantes y gemas de colores. Un ejemplo notable es el reloj Tutti Frutti, vendido en 1929 y equipado con el calibre 5/7SB, el movimiento más pequeño jamás producido por la Manufactura. El diseño externo de esta pieza única (con diamantes, esmeraldas, rubíes, y zafiros amarillos y azules) fue realizado por la casa joyera parisina Egouvillon Lafon & Cie Paris (Colección patrimonial de Audemars Piguet, Inv. 1378).
Los años 60 y 70 fueron testigos del desarrollo de relojes muy creativos con esferas de piedra natural.
En los catálogos de Audemars Piguet se podían encontrar esferas de ojo de tigre, lapislázuli, aventurina, granate grosularia, ópalo, ónix, rubí, amatista y jaspe, entre otros, a veces en combinación con otras gemas en la caja y el brazalete.
En la década de 1980, la creciente tendencia de los relojes con brazaletes soldados impulsó a Audemars Piguet a abrir su propio taller de joyería y poco a poco a crear internamente relojes engastados distintivos, hasta culminar con su colección de Alta Joyería iniciada en 2013.
El engaste no se ha limitado a estas creaciones únicas de Alta Joyería, sino que hoy sigue presente en las colecciones de Audemars Piguet. Algunos modelos presentan un bisel engastado con diamantes, esmeraldas, rubíes, zafiros, amatistas o piedras color arcoíris, mientras que otros están engastados íntegramente con diamantes o piedras de colores que generan contrastes y efectos iridiscentes.
NÚMERO DE DIAMANTES
4.635 diamantes de talla brillante en la caja y la pulsera, más otros 206 solamente en la esfera, componen el Diamond Fury.
NÚMERO DE HORAS
Han sido necesarias pasión, perfección y más de 1.500 horas para completar el Diamond Fury.