Desde los inicios de la compañía, Audemars Piguet ha trazado su propio camino fiel a unas convicciones firmes. Todo empezó con la decisión clave de ambos fundadores en 1875 de elaborar relojes únicos a mano en un momento en que la industrialización acechaba con imponerse. 

Aun así, en paralelo a su compromiso con las tradiciones, infundieron una vocación de progreso constante a su labor artesanal, no solo introduciendo construcciones más delgadas y pequeñas sino también aprovechando las nuevas tecnologías para mejorar las complicaciones y funciones.

Royal Oak

El Royal Oak diseñado por Gérald Genta e introducido en 1972 fue inesperado, con su amplia caja de 39 mm en forma de tonel, bisel octogonal con ocho tornillos hexagonales expuestos, esfera «guilloché» «Tapisserie», brazalete integrado facetado y cuerpo de acero acabado a mano. Este reloj rompió el molde de los códigos estéticos del momento y, por primera vez, ennobleció el acero elevándolo al estatus del oro.

Audemars Piguet siempre ha mantenido un pie en la tradición y otro pie en el futuro de la tecnología y el diseño relojeros.

Jasmine Audemars

Presidenta de la Fundación Audemars Piguet

Vista de cerca de un reloj Royal Oak

En el transcurso de su historia, Audemars Piguet ha combinado multitud de materiales y ha desarrollado una estética vanguardista y, en ocasiones, rompedora. Esta creatividad sin límites refleja el espíritu libre y pionero que la Manufactura ha preservado y alimentado a lo largo de generaciones.